Mapi Urresti es psicólogo, sexólogo y relaciones psicomotricistas y tiene muchos años de experiencia con niños y familias e incluso con profesores, ya que ha impartido formaciones en numerosos centros escolares. Hik también ha ofrecido durante años la formación de todo el año con Hasi. La inscripción para esta edición está abierta hasta el 10 de septiembre, tanto para profesores y educadores como para padres y psicólogos. Tanto en su práctica diaria como en su formación se centra en la relación niño-adulto, para que su desarrollo sea adecuado y saludable, ya que considera imprescindible que la relación con el adulto sea segura.

Más información sobre la formación de todo el año "Psicomotricidad relacional: igualdad de oportunidades y elaboración emocional" aquí.

Hemos introducido la psicomotricidad en la educación y muchos educadores están formados. Pero ¿qué es exactamente la psicomotricidad y en qué ayuda al niño?

Para empezar, no creo que haya muchos profesores con formato en psicomotricidad. Llevo muchos años dando formaciones en los colegios y en mi experiencia he podido comprobar que hay un trastorno importante de lo que es y no es psicomotricidad. No creo que esté tan claro. ¿Qué es? La tendencia natural del niño, su herramienta natural para conocer y aprender el mundo, es el juego. La psicomotricidad le ofrece un espacio seguro, seguro tanto física como emocionalmente, para que el niño salga tal y como es. En educación, aunque hay nuevas pedagogías y el movimiento autónomo se está desarrollando cada vez más, la estructura no está enfocada a la parte emocional ni al desarrollo integral. La psicomotricidad permite un desarrollo más integral. El niño está en el juego, en el placer, y a través del movimiento trabaja su desarrollo natural y puede liberar los conflictos emocionales que le pone la vida y, a través del juego, trabajarlos de forma natural.

¿Y qué es exactamente la psicomotricidad relacional, en qué se diferencia?

Para nosotros la relación es muy importante y lo relacional es por eso. Construir un apego seguro y positivo en la relación que construimos con el niño es importante. Si el niño siente que está en un espacio seguro y la mirada del adulto es comprensiva y de ayuda y cree en él, se dará un desarrollo natural. Para que el desarrollo natural del niño se produzca y desarrolle todas sus potencialidades, nuestra mirada debe ser confiada y segura. Si el niño se engaña o la vida le pone obstáculos, que nos tenga a su lado para ayudarnos, recibir emocionalmente y reparar el daño que ha hecho y que aprenda de su propia experiencia.


El curso se subtitula "Para la igualdad de oportunidades y el lenguaje de las emociones". ¿Cómo ayuda al niño o niña la expresión de emociones y deseos en un espacio seguro para que su desarrollo afectivo emocional sea equilibrado?

La inclinación natural del niño es el placer y el interés. Cuando lo pongamos en un espacio seguro como éste, con los demás compañeros, explorará el espacio y las relaciones en convivencia a través del movimiento. Ese deseo de exploración e interacción le llevará a aprender. También encontrará obstáculos en la convivencia y será muy importante aprender a ponerse en el lugar del otro, aprenderá a gestionar la ira, la frustración, la rabia, el miedo y la tristeza, eso es, al fin y al cabo, mantener una relación afectiva sana, saber dar cabida y gestionar todas esas emociones. Será labor de los educadores ayudar al niño en todo esto.


¿Y eso qué tiene que ver con la igualdad de oportunidades o la coeducación?

Es importante que el desarrollo del niño o niña sea el desarrollo de la persona, que tenga en cuenta la integridad. Esta sociedad nos lleva a asignar una identidad bastante binaria y por género. Desde la mirada psicomotricista debemos ofrecer al niño o niña la posibilidad de desarrollar la capacidad de la persona, no sólo la parte relacionada con el género. Si damos al niño un espacio para ser como él es, si le ofrecemos materiales para ello, creará libremente su identidad y se desarrollará como él es. Si vemos situaciones en las que la desigualdad es muy grande en la convivencia, podemos hacer intervenciones que ayuden a los niños y niñas a desarrollarse en su totalidad. Por ejemplo: si vemos a las chicas jugando siempre a princesas, eso no es malo por sí mismo, porque ese juego tiene mucha fuerza, pero si es siempre el mismo juego, podemos derivarlas a otros juegos, como el juego pirata, para sacar agresividad, defenderse... O viceversa, si los chicos siempre andan de fútbol, es interesante ofrecerles otros juegos para desarrollarlos en su totalidad y sentir que también hay placer en otros juegos. Es importante que el niño vea la mente también en otros ámbitos para que el desarrollo sea completo. Eso es coeducación.

La psicomotricidad se basa en el juego, pero ¿qué tipo de juego?

El desarrollo del niño tiene varias fases con las que se asocian diferentes tipos de juegos. Puede ser un juego sensorio-motor, juego identitario, juego de construcción, juego simbólico, juego confuso... Hay muchos tipos de juegos. También hay que tener en cuenta las tendencias, es decir, las tendencias de los niños en los juegos: puede ser una tendencia agresiva, juegos de precaución, afectivos... La psicomotricidad, es decir, el juego libre, permite extraer todos estos juegos en función de la necesidad del niño, de la etapa en la que se encuentra. La labor del psicomotricista es observar todo esto y ver si se juega en todos los ámbitos y si no se juega ofrecer un poco de ayuda para que explore todos los ámbitos.

Se dice que los niños juegan cada vez menos, entre otras cosas por la influencia de las pantallas. Entonces, ¿es aún más importante trabajar la piscomotricidad?

Sin duda. El juego es la herramienta natural que tiene el niño y la niña para desarrollar su desarrollo de forma positiva y, como decimos, integral. Cuando digo que el desarrollo es completo incluyo el desarrollo motor, cognitivo, afectivo, emocional, social, moral e incluso espiritual o ligado al conocimiento personal. La escuela no ofrece todo esto, trabaja sobre todo el ámbito cognitivo. En la psicomotricidad todo esto se trabaja en la vivencia, en las emociones, en las normas morales, en la convivencia... Las pantallas no ofrecen un desarrollo integral. Como especie llevamos toda la vida teniendo el juego como herramienta para nuestro desarrollo y conocimiento, por eso en esta sociedad nuestra veo muy importante dar cabida a la psicomotricidad.

Has hablado del niño, pero en la formación no sólo te ocuparás del niño, sino también del adulto. Haréis un hueco al bienestar del adulto y de los niños. ¿Por qué?

Me parece que el trabajo que tenemos con los niños es maravilloso, el acompañamiento que podemos hacer y el que podemos ofrecer al niño es un camino hacia el bienestar. Pero para eso los adultos también tenemos que garantizar nuestro bienestar y muchas veces se nos olvida. En mi experiencia he podido comprobar que los profesores tienen un "complejo salvador", pero hay que tener en cuenta que si queremos ayudar, debemos cuidarnos a nosotros mismos. Al igual que la psicomotricidad es una herramienta de desarrollo integral para el niño, lo es para nosotros, es una herramienta para nuestro conocimiento, para ser conscientes de nuestras capacidades y dificultades y nos permite trabajarlas, siempre con respeto.

¿Habla de educadores, la formación está dirigida a educadores o sería adecuada también para padres y madres? ¿Qué destinatarios tiene en mente?

Es cierto que está destinado a educadores, pero hemos tenido un gran número de tipos de gente en las formaciones de estos años y todos lo han recibido: psicólogos, que están de asesoramiento, incluso padres, alumnos que están terminando el grado... Está abierto a personas interesadas. Como en psicomotricidad hay que hacer con los niños, esto es adaptarse, en esta formación yo también tengo que adaptarme al grupo. Esto es una filosofía, es una filosofía para crear otra mirada para mirar al niño, así que está abierta a las personas interesadas en ello.


¿Qué estructura tiene este curso de un año?

Todo el tiempo se combinan tres áreas. A nivel teórico trabajamos varios temas en grupo, de forma dialógica o por proyectos, no hay chapa. Trabajamos las bases de la psicomotricidad, cuál es el rol del psicomotricista, cómo gestionar los conflictos, la coeducación, y a veces trabajamos otros temas en función de los intereses de los miembros del grupo. Luego está la parte práctica, los que hacen el curso tienen que tener un equipo. Grabamos las prácticas y las observamos en grupo. Es la herramienta más adecuada para observar a los niños, ver qué le pasa y adivinar qué necesita para poder plantear intervenciones. Esa observación es muy importante. Por último, también tenemos sesiones lúdicas, son sesiones que están relacionadas con nuestro bienestar. Es un espacio en el que nosotros jugamos, es un espacio en el que sacamos al niño que somos. No es como una sesión infantil, los niños tienen una naturalidad propia para entrar en el juego, a los adultos quizá nos resulte más difícil, pero yo doy unas consignas para que entren en los juegos, observando qué necesita la persona y qué necesita el grupo. Tenemos un lema: "No hagas nunca lo que no quieres hacer, pero no dejes de hacerlo lo que quieres hacer", y así nos vamos soltando poco a poco. Tendemos al control y tenemos vergüenza de lo que va a decir la gente, pero cuando respetamos los ritmos de cada uno también evoluciona en el desarrollo de los adultos.